jueves, 8 de julio de 2010

Shining stars

Los últimos días en Santiago han estado bajo una onda polar y las noches y mañana son cada vez más heladas.
Sólo ayer en la tarde, volvió a calentar un poco más el sol. Pero dura, lo que dura su brillo.
A eso de las 5 de la tarde, el frío empieza a a poderarse de cada lugar y nuevamente las bufandas se posan en los cuellos, guantes, polainas, chaquetas o parkas. El invierno es así. El largo invierno.

Cada vez tenemos menos estaciones intermedias y extensas estaciones extremas.
Así nos quejaremos del calor ahogante en enero, del sol brillante de octubre, la brisa tibia de abril. Aunque una brisa tibia a media tarde nunca es malo.

Pero bueno, volviendo al frío, hace unos noches atrás, llegué a mi casa congelada. Aunque venía caminando rápido, manos en los bolsillos de mi parka, mi pelo suelto cubriendo mis oídos, botas hasta la rodilla y bufanda al cuello, sentía mucho frío.
La música, como siempre, me acompañaba. No recuerdo que estaba escuchando. Algo de mi banda sonora. No me sorprendería se fuera algo de Stewie Wonder, algo de los 50... o alguna canción de película.
Ah!! sacar las manos de los bolsillos, para buscar las llaves en mi cartera.
Y claro, como siempre, las llaves se esconden entremedio de todas las cosas del bolso. Meto la mano: toco un cuaderno, el estuche, el jabón gel, el celular... ahora las llaves.. ay no! son las de la oficina. Sigo revisando... ahí! ahí las encontré.
Las tomo, abro la reja, cierro la puerta y por algún motivo que no sé cual es, miro el cielo. Dirección NE.
En ese mismo instante, cae una estrella fugaz.
Estrella Fugaz! en Santiago... en una noche semi nublada....
3 deseos!. Cierro los ojos y los pido mentalmente. Los tengo tan claros, que ni siquiera los pensé. 1....2....3.. Listo, deseo con todas mis ganas...... con todas mis fuerzas.... con todo mi corazón....
Los deseos ya están y el frío desapareció.
Fue tan intensa la fuerza que olvidé el cansancio, el frío y la lata.

Entro a mi casa y a ponerme el pijama. Al fin acaba el día.

domingo, 4 de julio de 2010

Tomorrow (better you, better me)

A veces vas caminando por la calle y te tropiezas con una piedrecita... una pequeña. No te caes, pero si debes hacer un esfuerzo por no perder el equilibrio.
Otra veces te doblas el pie (a mí me pasa bastante seguido) y aunq todo indica q el resultado obvio es caer, así como rápidamente se torció, rápidamente vuelve a su posición normal y todo sigue como si nada. Sin caída, sin vergüenza (bueno sí un poco) y con la dignidad en alto, sobretodo cuando esa cuasi caída, es frente a mucha gente.

Pero a veces, aunq uno no quiera y luche por no perder el equilibrio, caes igual. Ahí, frente a muchas personas, frente a una o solo.
Esas caídas son las q más duelen... porq no sólo es lo físico, sino también la moral... el estima.
Esas milésimas de segundos, en donde uno siente q está volando y q ya es imposible no aterrizar en el suelo, pasan mil cosas por la cabeza... dónde voy a caer, cuidado con la cara, la cabeza... afírmate con la manos... y las rodillas? y los pies?
Finalmente llegas al suelo.... y nuevamente viene el pensamiento en la fracción de minutos.... me puedo parar sola?? me duele la rodilla!, me duele el pie! me doblé el pie!
ayyy pero la vergüenza es más grande... me largo a reir.... jajaja
me paro... o alguien amable se acerca y me ayuda a volver a ponerme de pie.
sigo caminando.... pero la moral está por el suelo, por un rato... hasta q la gente q me vio caer desaparezca y yo sólo sienta el dolor de la rodilla y no la de la autoestima.

Me caído muchas veces.... en el colegio corriendo, jugando, caminando...
en la U, también... en el metro... y así, podría seguir enumerando....

Otra veces he tenido aterrizajes muchos más duros, más dolorosos. Esas caídas no las han visto los demás. De ésas sólo puedo hablar yo, porq son las q más duelen. Las q demoran en sanar, las q nos dejan una pequeña cicatriz para después.... y las q nos pasan la cuenta cuando creemos q estamos caminando sobre terreno firme.
Hace unos días atrás empecé a sentir esa sensación de estar por caer nuevamente.
Pensé q no la sentiría de nuevo. No quiero creer q de nuevo tendré q pararme, rearmarme, estabilizarme y partir caminando. Todo de nuevo. Como siempre.
Esta vez quiero evitar la caída y enderazarme antes de aterrizar.
Esta noche no sé como hacerlo. Pero quizás mañana, con la mente un poco más despejada, tenga la respuesta.