lunes, 26 de octubre de 2009

It's the right time

Constantemente me encuentro buscando la ocasión especial o el mejor momento para determinadas cosas. Para usar un pantalón nuevo, "EL" chaleco que busqué durante todo el invierno o incluso el lindo par de aros que me regaló mi amiga Xime.

También espero el minuto preciso para regalar algo. (Por mucho que sea algo tan simple como un chocolatito). Claro el cumpleaños, la navidad o el aniversario son fechas adecuadas para aquello, pero a veces, me dan ganas de entregar algo cualquier día, sin motivo aparente. Porque motivos pueden sobrar (agradecimiento, apoyo, cariño, seducción), pero a veces sólo las ganas de regalonear a alguien, subir el ánimo o encontrar "ese algo" que sabes que necesita o quiere, basta para llevar un pequeño regalo.

También me he dado cuenta que siempre busco el momento preciso para hablar. Para decir "cosas importantes". Y me pasa que nunca encuentro el día para eso.... entonces así se me pasa la vida esperando.

Hoy me levanté diciéndome que no hay un momento especial. Finalmente el minuto para hablar, para regalar, para declararte o terminar, para aclarar o incluso para discutir, es sólo el momento que uno determina.
En ese mismo instante en que empiezas a expresar las cosas que sientes, el día deja de ser monótono, se rompió la trivialidad y comenzó a ser distinto. Y se transformó en la ocasión "especial".

Me decidí también a no esperar un año para juntar fuerzas y expresar mi rabia, mi pena o desilusión. Mi alegría, mi cariño o mis sueños. Decir que tanto me puede gustar o cuan interesante me parece.
Para decir que cosas me molestaron, me gustaron y cuáles guardaré en mi mente.
Y quizás guardaré más de lo q debería...

Mi soundtrack complementará los recuerdos y finalmente pasarán a ser escenas de ese libro que alguna vez escribiré. Esas canciones son las que me gustaría que sellaran ese momento especial. Todo sería perfecto, si se diera el lugar, el ambiente, la música, los olores y colores del ambiente.

Probablemente no podré controlar ni la mitad de las variables que nombré.
Probablemente y con suerte, me decidiré hablar.
E imaginaré que estoy en el lugar que quería, con los olores y colores que soñaba.
Quizás sólo haya ruido ambiental de las micros y las voces de aquellos que caminan de vuelta a sus casas.
Quizás sólo se oya mi voz.
O el silencio de lo q no me atreva a decir nuevamente.

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